La Dra. Anastasia V. Sergeeva es profesora titular del KIN Centre for Digital Innovation, de la Escuela de Negocios y Economía de la Vrije Universiteit Amsterdam. Se doctoró en la escuela de dirección de la Universidad Estatal de San Petersburgo, donde también realizó su master en dirección. La Dra. Sergeeva realiza investigación etnográfica basada en teoría sociológica, antropológica y filosófica para determinar las reacciones sociales cuando se implementa el cambio tecnológico. Sus estudios se centran en identificar y explicar las consecuencias inesperadas de la tecnología en el trabajo y las organizaciones expertas. Entre los principales ejemplos de las etnografías de Sergeeva destacan sus investigaciones en el cuidado médico, la predicción de políticas públicas, el uso de inteligencia artificial para la selección de personal, la robótica quirúrgica y el aprendizaje de maquinaria agrícola. Ha sido galardonada con el premio a la mejor comunicación de la Academia de Dirección (Nueva York) en la Conferencia Internacional de Sistemas de Información. La Dra. Sergeeva es Editora Senior de la revista Organization Science.

Robots en nuestra niebla: una etnógrafa en el nuevo escenario laboral 

¿Qué supone la existencia de los robots para el futuro del trabajo y la humanidad? Aunque gran parte del imaginario social está asentado en la idea de unos robots antropomórficos cada vez más capacitados, la realidad de los robots en el mundo laboral es radicalmente distinta. Basándome en la teoría posfenomenológica y las etnografías sobre robots en cirugía, hostelería y en el cuidado de personas mayores, analizo cómo, en lugar de provocar la automatización, los robots dan como resultado sutiles reconfiguraciones del trabajo, que cambian la forma en la que los cuerpos se mueven, cómo se desarrollan las tareas y cómo se proclaman los valores. Sostengo que estudiar a los robots “en su estado salvaje», ignorando los supuestos conceptos teóricos de separación entre humanos y tecnología, nos permite apreciar cómo los robots se convierten en una parte domesticada de nuestro flujo continuo. La realidad de los lugares de trabajo contemporáneos es, por tanto, aquella en la que los robots son menos glamurosos, pero, paradójicamente, no menos importantes, ya que las formas en que el trabajo se reconfigura pasan desapercibidas y no se documentan.